Desde hace más de 25 años, Leonardo Canaparo se desempeña como profesor de tenis con título habilitante por el Ministerio de Educación de su Argentina natal, pero su aventura dentro del mundo azul inició hace 10 años.
Trabaja con niños con diversidad funcional, autismo, trastornos del lenguaje, Asperger, entre otros, a través del juego y del deporte. Canaparo se formó para asumir desafíos en este campo: se tituló en Psicomotricidad, carrera que profundiza en el psicoanálisis y el trabajo social con familias y entorno de estos niños/as.
En la actualidad, preside la Asociación “TERCER TIEMPO”, cuya misión es brindar espacios para el juego y el deporte para niños/as y jóvenes con diversidad funcional. ¡Sigue leyendo para conocerlo mejor!
Desafíos y oportunidades al trabajar con niños neurodivergentes
Canaparo revela que la vida le brindó la oportunidad de trabajar con niños neurodivergentes de forma natural; nada fue planeado o premeditado.
“Comencé a laborar con otros profesionales dedicados al trabajo con adultos. Luego, pensamos en llevar nuestras prácticas a los niños, y nos encontramos allí, en el campo, a muchos chicos y familias con mucha necesidad de ayuda”.
“Los niños con trastornos siempre son capaces de hacer algo”
A pesar de que vivimos en una sociedad moderna, siguen habiendo mitos o estereotipos sobre el autismo. Al respecto, indagamos sobre todo aquello que el profesor le gustaría desmentir o aclarar, especialmente dentro del ámbito del deporte.
“Lo que hay que desmentir es que el niño con algún trastorno o alteración del desarrollo no va a poder hacer algo, ya sea jugar o algún deporte. Al contrario, he observado, en casi estos 10 años de trayectoria, que gracias al deporte y al juego los niños evolucionan en otras áreas sociales y de convivencia”.
“Su hijo PUEDE”
El tenista argentino insta a los padres de niños con autismo a que los motiven a la práctica deportiva, pero antes, deben convencerse de que SU HIJO PUEDE. “De nada sirve traerlo como si fuera otro espacio terapéutico. El juego y el deporte es un derecho para los niños, y esto no lo digo yo, lo dice la Convención Internacional de los Derechos del Niño”.
La comunicación y las relaciones con padres y especialistas de las necesidades especiales son dos cosas diferentes. “Una cosa es reunirse con los padres, algo que hago casi constantemente, y otra con los profesionales terapéuticos de los niños/as, sean estos psicólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, etc.”.
Como experto en psicomotricidad, trata de contener, escuchar y comprender a los padres en su día a día con los hijos.
“Es un hijo/a no esperado con el que hay que aprender a convivir, adquirir herramientas, y acceder a la información, porque esto genera un diagnóstico de discapacidad. Por ellos, consulto a los profesionales y les solicito respuestas sobre sus estrategias de abordaje”.
“Se necesitan más profesionales comprometidos”
Canaparo nos confirma que es importante el activismo para visibilizar el autismo. “Todo suma para concientizar, y para que muchas personas se vayan sumando a la idea de que un niño con autismo no es el diagnóstico; es un niño, nunca olvidemos esto”.
Con convicción, pone de manifiesto que se necesitan más asociaciones que trabajen con los niños con autismo, “profesionales comprometidos con la causa y una nueva mirada más inclusiva”.
Para su desarrollo personal y profesional, se mantiene actualizado e informado. “Estudio constantemente, viajo en ocasiones a congresos internacionales y participo en los mismos como panelista. Gracias a mi formación como psicomotricista, tengo una ‘buena escucha’ y aprendo cada día más”.
En ocasiones, es difícil conseguir profesionales que entiendan del tema y sepan desarrollarlo, “por esto, dedico parte de mi tiempo a la formación de estudiantes de universidad o profesorados de Educación Física”.

Observación, escucha y tiempo
La amplia experiencia de Canaparo lo ha llevado a construir su propia metodología para trabajar con personas con autismo. A juicio de este profesional de la psicomotricidad y el deporte, hay tres factores a considerar: la observación, la escucha y el tiempo. Estas tres variables “son fundamentales a la hora del abordaje en el espacio que sea, deportivo o no”.
A ello se suman los desafíos o dificultades que hay que enfrentar con personas neurodivergentes. Los “fracasos” del pasado, sean en espacios deportivos, en la escuela o problemas en el hogar con padres o hermanos, influyen o impactan en los niños neurodivergentes.
“Cuando un niño es expulsado de una escuela o de un club deportivo, es algo muy difícil de subsanar tanto para sí mismo como para la familia. Por eso es importante, como dije antes, que los padres busquen un lugar con profesionales adecuados”.
“Es increíble lo que puede hacer el deporte”
Canaparo nos compartió su opinión sobre el progreso y el impacto de su trabajo con personas con autismo: “Es increíble lo que puede hacer el deporte y los vínculos con los niños/as; los progresos son fantásticos”.
Pero esto no es un invento del tenista: autores especializados en el desarrollo como Jean Piaget, sostienen que el desarrollo es un proceso contínuo y que sólo puede darse con el otro. “Lo que sucede es que los niños con autismo, por lo general, están ‘aislados’ y no cuentan con un amigo o un espacio para jugar”, añadió con optimismo.
Nuestro entrevistado nos llena de esperanza y aliento para seguir dando lo mejor de nosotros para mejorar el trabajo con niños con autismo, dejar de percibirlos como un diagnóstico y recordar siempre que SON NIÑOS.
Pueden seguirlo a través de la asociación en donde trabaja en Buenos Aires, Argentina: TERCER TIEMPO..www.tercertiempo.org, o su cuenta de Instagram: @leocacanaparo. También pueden escribirle a su email: leocanaparo66@gmail.com.