Grunya Efimovka Sukhareva es muy recordada por su trabajo en el campo de la psiquiatría infantil. La científica soviética en el área de la psiquiatría desarrolló una serie de investigaciones con niños del espectro autista. Estos aportes revolucionaron el ámbito autista para la época.
Incursión en la psiquiatría: espectro autista
Sukhareva desarrolló parte de su carrera en Kiev, Ucrania, su tierra natal. Desde 1917 hasta 1925 trabajó en el hospital psiquiátrico de esta ciudad. Años más tarde, emigra a Moscú; una vez allí, se encargó de dirigir el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Kharkov.
Bajo este cargo, fue fundadora de la Facultad de Psiquiatría Pediátrica del Instituto Central de Educación Médica de Postgrados, e incluso dirigió el Departamento Infantil de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría de Moscú.
En 1925 realizó un estudio en idioma ruso donde menciona los distintos síntomas del espectro autista y las características observadas en una muestra de seis niños. Un año después, publicó su primer artículo científico en idioma alemán para la revista Monatsschrift für Psychiatrie und Neurologie que resumía su trabajo anterior.
La psiquiatra se refirió a esta condición como psicopatía autista, una manera de diferenciar la esquizofrenia de la condición autista.
Debido a su constancia y profesionalismo en el tratamiento del autismo, invirtió su tiempo y esfuerzo en caracterizar esta condición, y también se dedicó al desarrollo de terapias apropiadas para estos niños.
Sukhareva fue doctora en Ciencias, de Medicina, psiquiatra y profesora universitaria; así como fundadora de la escuela terapéutica para niños con trastornos mentales en Moscú. La mayoría de sus hallazgos investigativos proceden de esta institución.
Legado que aún sigue vigente
La traductora Sula Wolf realizó las traducciones de sus obras, y a partir de 1996 fueron difundidas en el idioma inglés. Al inicio de su publicación, la traductora comentó que algunos términos no eran adecuados en la actualidad, sin embargo, las características descritas en sus obras permanecen vigentes.
Grunya buscó mostrar al mundo la necesidad de separar, o diferenciar, el autismo de la esquizofrenia, y en cada una de sus investigaciones menciona que en el espectro autista intervienen factores genéticos.
En este siglo, establecer diferencias entre esquizofrenia y el autismo es algo normal, pero hasta inicios del siglo XX los psiquiatras asociaban ambos términos.
Sí repasamos algo de la historia, podremos darnos cuenta de que la esquizofrenia estaba asociada al autismo, e incluso se le llamó al autismo “esquizofrenia infantil”.
Algunos psiquiatras asociaban el autismo con problemas en los hogares o carencias afectivas provocadas por la ausencia de los padres. Es en este punto donde cobra especial relevancia los aportes que hizo Grunya Sukhareva en la década de los 20.