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adultos con TEA

El trato y los recursos disponibles para los adultos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) son muy distintos en comparación con los infantes y adolescentes con esta condición.

Según lo explicado por expertos y por personas con TEA, como es el caso de Miguel Aulló, esto se debe a que se presupone que los adultos con esta condición no cumplirán las expectativas de la sociedad, por lo que a muchos no se les dan las mismas oportunidades.

Asimismo, Aulló ha asegurado que es importante cubrir la falta de recursos en cada institución y mejorar la coordinación entre las entidades dedicadas a este trastorno; así como fomentar  el desarrollo y creación de grupos de apoyo que ayuden a las personas con TEA en su cotidianidad y a pertenecer a espacios donde puedan continuar con su vida adulta.

No obstante, y a pesar de las mejoras que deben realizarse con respecto a la integración en la sociedad de las personas con autismo, también hay que reconocer los avances y los recursos más novedosos que actualmente disponen los adultos con TEA. Estaremos abordando este tema en el presente artículo.

Avances en la sociedad con respecto a las personas con TEA

Hoy en día, convivimos en una sociedad en la que todos tenemos derechos, deberes y obligaciones. Aspectos que, afortunadamente, día a día van evolucionando en pro de reconocer no sólo la individualidad de las personas con TEA, sino de cada persona en general.

Esta evolución, en gran medida, se debe a que el autismo no se elimina o se revierte, por lo que se han adoptado mecanismos para integrar a las personas con TEA en la cotidianidad, de acuerdo a sus necesidades.

De hecho, gracias al V Congreso de Autismo Europa del año 2005 asociaciones de diferentes naciones, dedicadas al trato con adultos que tienen esta condición, se han apegado a los siguientes criterios para facilitar:

Asimismo, es importante destacar que estos criterios han servido como punto de partida para establecer lineamientos para trabajar con personas con TEA, arrojando resultados satisfactorios tanto en el avance de estas personas como en los ajustes realizados, conforme a las condiciones específicas de cada una de ellas.

Sin embargo, no ha sido una tarea fácil, pues las personas con autismo en edad adulta suelen presentar dificultades en la toma decisiones, planificación, elección, tener objetivos establecidos y llegar a conseguirlos.

A esto, suele sumarse la complejidad en expresarse comunicacionalmente, de socializar, por lo que, como dijimos anteriormente, es pertinente siempre manejar estos recursos de manera personalizada, conociendo y respetando a la persona con autismo, a fin de crear un marco de confianza que le aporte seguridad y facilite su desarrollo en todos los ámbitos.

Aspectos a considerar para el aprovechamiento de los recursos 

Sin duda, el éxito de estos recursos para el desarrollo con las personas con TEA aún en edad adulta está en partir de los intereses de estos individuos, pues conociéndolos se podrá crear un plan estratégico de atención e integración personalizado.

Aunado a ello, se deben considerar sus capacidades analizando, a su vez, sus competencias funcionales o adaptativas.

Se deben tomar en cuenta las necesidades de cada persona para aplicar las herramientas adecuadas y así conseguir los objetivos a desarrollar. Dichas necesidades pueden ser:

Obstáculos que se pueden presentar ante las personas con TEA

Si bien es cierto que estos recursos, acompañados con el debido asesoramiento, pueden resultarles útiles a las personas con esta condición, no podemos obviar el hecho que se pueden presentar situaciones inesperadas y no tan agradables.

En este sentido, es importante prepararlos en cierta forma a solucionar las posibles complicaciones que pueden surgir, por ejemplo, con su teléfono celular, el uso de tarjetas de transportes, transacciones bancarias, cambios inesperados,  entre otros.

Es por ello que los especialistas de los centros de atención a personas con autismo crean situaciones de “conflicto” con el propósito de ofrecerles una guía para que puedan resolver estos escenarios, solicitar ayuda, establecer estrategias de acercamiento, pedir algún producto o servicio y más.

Para lograrlo, estos expertos exponen situaciones controladas delante de un grupo pequeño de adultos con TEA, para que ellos puedan ver los escenarios y las posibles maneras en las que pueden solventarlos.

Definitivamente, la intervención en habilidades sociales siempre será el enfoque principal para las personas adultas con TEA.

Otra de las dificultades que suelen presentar los adultos con TEA es falta de interés, puesto que suele costarles comprender el sentido de las actividades “normales” del día a día.

Por este motivo, es preciso darles la información clara y concreta sobre la importancia de desarrollar determinada actividad en su cotidianidad.

También se pueden combinar las actividades conocidas con otras atractivas que pudieran llamar su atención, para mantener la motivación e interés.

Más desafíos que enfrentan los adultos con TEA

Aunado a lo expuesto anteriormente, los adultos con TEA también se enfrentan a problemas de lenguaje o de expresión.

Para los que tienen dificultad para hablar, se deben utilizar sistemas de comunicación alternativa, adaptados, por supuesto, a la persona adulta, siendo algunos de ellos secuencia de fotos en un álbum, abarcando diferentes tópicos como alimentos, acciones, objetos, etc.

Para las personas con autismo que sí pueden hablar es fundamental establecer conversaciones, identificar bromas, ironías, literalidad, uso de expresiones adecuadas al contexto, saber expresar lo que ha sucedido a una persona de confianza, entre otros.

Los movimientos repetitivos con partes del cuerpo, conductas como hablar solo o sola, balanceos, obsesiones, etc., son comportamientos que también pueden presentar las personas adultas con TEA y que crean cierto desconcierto a su alrededor, provocando el rechazo de los demás y creando cierta incertidumbre.

Para solventar esa situación, las personas adultas cuentan con programas que permiten darles tips de autocontrol, que van desde la regulación de su respiración, fomentar pensamientos en cosas gratificantes, hasta pensar en verbalizaciones como “tranquilizarme”, “ya está, no pasa nada”, y  técnicas de relajación principalmente.

Los adultos con TEA, como dijimos al inicio, sí cuentan con recursos para su desarrollo, pero se debe continuar trabajando en su evolución para así ofrecerle a las personas con esta condición más herramientas que garanticen su adaptación y buen desenvolvimiento en la sociedad.

Los que tienen prioridad, dicho por los propios especialistas, son los programas destinados a reforzar y a crear nuevos mecanismos enfocados al empleo, con apoyo, planes de alternancia o flexibilidad laboral, centros de día, residencias, apartamentos tutelados, etc.

Además, entidades, fundaciones y asociaciones colaboran en los diferentes entornos de la persona adulta con TEA en el desarrollo de programas laborales, de investigación y de autonomía, promoviendo convenios con otras entidades como empresas y universidades.

También hay que hacer referencia a los adultos con autismo que llevan una vida totalmente independiente y que no requieren de ningún apoyo.

No obstante, es importante hacerles saber que cuentan con apoyo en cualquier momento que lo requieran.

Tampoco podemos olvidar el papel de la familia en la vida adulta de la persona con TEA. Además del vínculo afectivo familiar y de la responsabilidad legal, son las personas que más las conocen, por lo que sería significativo que estas familias contaran con programas de apoyo, de respiro y orientación familiar para facilitar el proceso de acompañamiento a la persona adulta con TEA.

Indiscutiblemente, la vida para una persona adulta con autismo no es común, por lo que puede resultar un poco complicado tanto ella como para la sociedad.

Sin embargo, no podemos finalizar este artículo sin dejar de recordarles que se trata de seres humanos con deberes y derechos, que merecen bienestar y vivir de manera tranquila y saludable. Además, es una condición que acompañará a la persona toda su vida, por lo que hay que promover la tolerancia, empatía e inclusión.