Llegar a la edad adulta representa todo un crecimiento personal, en especial si se trata de vivir de forma independiente cuando se tiene el Trastorno del Espectro Autista (TEA), lo cual puede ser un reto.
Una de las razones principales es la dificultad que presentan estas personas al relacionarse con su entorno, así como a comunicarse de manera efectiva.
Esto, por supuesto, los lleva a estar inmersos en desafíos constantes, los cuales, en edad adulta, pueden ir desde el desfase a nivel laboral entre estudios y el empleo donde trabajan, las relaciones personales, la presencia de otros trastornos de salud mental o mala salud física, la maternidad, la crianza de los hijos, e incluso la discriminación y estigma social, entre otros, según advierte la doctora Elena Huerta Ramos, neuropsicóloga clínica e investigadora posdoctoral.
Huerta asegura: “La edad adulta es una época de cambios y de muchas ambigüedades. Hay que tomar decisiones a nivel de estudios, laborales, relacionales, nuevos roles (posible maternidad o paternidad, cuidado de las personas mayores…). Todo ello es un reto. Todos estos cambios pueden ser estresantes para cualquier persona, pero suelen serlo aún más para una persona con autismo, dado que son situaciones de marcada incertidumbre y no hay una forma única de afrontarlo”.
Estos son hechos con los cuales las personas con TEA deben enfrentarse. Aunque les cueste un poco más trascenderlos que otros, es parte de la vida y, por supuesto, todo un aprendizaje.
Desafíos para vivir de forma independiente según el tipo de TEA
Como bien sabemos, tanto las personas con esta condición como sin ella, somos un mundo diferente. Vivimos y observamos esta experiencia llamada vida de manera distinta.
Por tal razón, nos enfrentamos a los retos que se nos presenta de forma diversa, pero en el caso de las personas con autismo se le suma, además, el tipo de trastorno que tengan, pues de ello dependerá su comportamiento.
Al respecto, la doctora Huerta hace referencia que no es igual la capacidad de respuesta de un individuo que tiene el síndrome de Asperger a uno que, además de TEA, tiene otro trastorno como la psicosis.
“El síndrome de Asperger está recogido en la categoría de TEA nivel I. Los retos que puede tener la persona con Asperger serán variados según las fortalezas, áreas de dificultades, apoyos y comorbilidades que presentan. Hay personas con TEA de nivel I, absolutamente funcionales y que tienen una necesidad mínima de apoyo, pero con frecuencia situaciones cotidianas derivadas de interacciones sociales o actividades laborales pueden suponer un auténtico reto, aunque la persona pueda tener muy buena capacidad intelectual”, añadió la especialista.
Asimismo, aseveró que en situaciones de elevado estrés o ansiedad, la persona con TEA podría experimentar síntomas psicóticos transitorios, como respuesta a este malestar intenso que colapsa a la persona. Con apoyo psicoterapéutico o farmacológico, estos síntomas suelen desaparecer.
No obstante, en estos casos, la neuropsicóloga clínica e investigadora posdoctoral destacó: “En algunas ocasiones, estos síntomas quedan de forma persistente, como pasa en población no autista y se establece una psicosis. A nivel psicoterapéutico se tendría que considerar trabajar tanto los síntomas del TEA como de la psicosis”.
¿Una persona con autismo puede vivir sola?
A pesar de estos desafíos, las personas con TEA y demás condiciones asociadas a este trastorno, sí pueden llevar una vida “normal”, siendo independientes en su edad adulta. Esto siempre y cuando no tengan limitaciones cognitivas o motoras, pues requerirán de más atención, cuidados y supervisión. “Estos últimos casos son los mínimos y responden a una pequeña parte de lo que identificamos con TEA de nivel III, pero forma parte de un grupo de personas en el espectro que también existe”, apuntó el especialista.
Por su parte, la activista en salud mental, Raquel Montllor Linares, indicó: “Algunas personas con autismo somos funcionales y podemos vivir solas y tener una vida independiente. Sin embargo, esto depende de las habilidades y necesidades individuales de cada uno de nosotros”.
De igual manera, Raquel afirmó que muchas personas con autismo pueden gestionar perfectamente aspectos de la vida independiente, “como manejar el dinero o hacer tareas del hogar, o hasta mantener relaciones sociales sanas y manejar la ansiedad y el estrés. En este sentido, el apoyo y entrenamiento adecuado pueden ayudar”, aseguró.
Lo que necesitan las personas con autismo para independizarse
Finalmente, Montllor expresó: “Para ayudar a una persona con autismo a vivir de manera independiente, es importante que los equipos asistenciales y de servicios colaboren con nosotros para identificar y abordar las necesidades individuales de cada persona, cosa que puede incluir la terapia de habilidades. sociales y la enseñanza de habilidades prácticas, o los programas de apoyo comunitario y servicios de vivienda supervisada, entre otros”.
Aunado a ello, reiteró que es importante considerar que cada persona con autismo es única y que es muy probable que tenga necesidades y desafíos totalmente diferentes, por lo que este apoyo debe ser individualizado y adaptado a los requerimientos de estas personas.
Como señalamos al inicio, la transición para vivir de forma independiente puede ser o no un camino fascinante para las personas con TEA; Todo dependerá del tipo de condición que esta posea, así como se ha sido tratando a lo largo de su vida tanto por sus padres como por los especialistas.
Lo que sí es cierto, es que todo ser humano necesita experimentar esta vivencia, que representa un crecimiento personal que llenará de satisfacción a las personas, pero no podemos dejar de lado la importancia de contar siempre con el apoyo de nuestros afectos, así no compartamos. . . con ellos el mismo techo.