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¿Sabes qué es y cómo funciona la dieta sensorial?

A simple vista, lo primero que nos llega a la mente al mencionar “dieta sensorial” es un modelo de alimentación, cuando la realidad es completamente distinta. ¿A qué nos referimos realmente? Hoy vamos a explicarte todo acerca de ella, y la importancia aplicarla en el tratamiento del autismo.

Desorden de sensaciones

La hipersensibilidad a algunos estímulos es un síntoma común en los pacientes con autismo, aunque no es exclusivo para esta condición ni aparece en todos los casos . Los estímulos pueden ser de cualquier tipo: auditivos, visuales, o físicos, y se deben a una alteración en el cerebro a la cual todavía no se le ha encontrado una causa definitiva. Para corregir esto, es necesario seguir una “dieta” o serie de ejercicios pensados para nivelar o acostumbrar al paciente al estímulo que le esté causando problemas.

No se trata de algo exclusivo de los pacientes autistas como ya hemos dicho; las personas con deficiencias de atención, síndrome de Down, síndrome de X frágil, parálisis cerebral, esquizofrenia, desorden bipolar y desorden obsesivo compulsivo son también propensas a sufrir de esta condición.

Los terapeutas ocupaciones son los especialistas más recurrentes para el manejo la hipersensibilidad, y cada dieta sensorial se receta según las necesidades de cada individuo. Cabe destacar que los ejercicios pueden ser repetirse entre una u otra persona, pero los niveles de intensidad y la cantidad de tiempo de cada actividad se recetan según la necesidad de controlar el problema que tenga cada individuo.

En un principio, podemos observar que los ejercicios pueden parecer muy fuertes o pesados para los pacientes, cosa muy común, ya que se trata de una condición muy molesta que afecta el buen desarrollo del individuo dentro del entorno. Con el tiempo, los niveles de molestia se irán disminuyendo de forma considerable y luego eventualmente se podrá abandonar la dieta sensorial, según los especialistas consideren que se ha llegado a ese punto.

Tipos de sensibilidades y ejercicios

En las prácticas modernas, existen diversos ejercicios pensados para equilibrar las sensaciones de los pacientes de forma correcta. La intención de estos es que la persona se ajuste a los parámetros aceptables para él y así comenzar a tolerar de forma apropiada los estímulos de su entorno. Vamos a mencionar algunos de los ejercicios más recurrentes para estas terapias:

  • Flexiones.
  • Rodar sobre una pelota.
  • Apretar pelotas con las manos.
  • Movimientos de animales.
  • Acciones de limpieza, como trapear o barrer.
  • Rodar en el piso.

Los ejercicios mencionados son utilizados comúnmente en el caso de hiper/hiposensibilidad al tacto debido a que causan mucha molestia e incluso dolor crónico en algunos casos, aunque también existen otras formas para acostumbrar al paciente. También se utilizan para aliviar la atrofia muscular y así mejorar el movimiento de los pacientes. En el caso de sensibilidades visuales, las prácticas consisten en sobreexposición a los colores, a patrones, e incluso figuras para encontrar cuál es la causa principal del problema y así empezar la dieta sensorial indicada.

En los casos de sensibilidad auditiva, la simple exposición al ruido de la calle puede ser muy dañina para algunas personas, por lo que el uso de audífonos aisladores es recomendado cuando sea la hora de trasladarse. Para corregir este problema, se necesita un espacio muy silencioso e ir introduciendo de forma muy sutil diversos sonidos de la vida diaria para acostumbrar al cerebro y así poco a poco corregir el problema.

En algunos casos muy puntuales de sensibilidades físicas, se podría utilizar, por ejemplo, cepillos eléctricos y otros objetos que emitan vibraciones para reducir la sensibilidad de la boca. De igual forma, se les pide masticar chicles y otras comidas crocantes para comenzar a habituar la mandíbula y las texturas a las variaciones de densidad y estructura.

Paciencia

No hay un tiempo específico para corregir este problema de forma apropiada. Todos los niños y adultos reaccionan de forma distintas a los estímulos, por lo que un ejercicio puede tener un efecto sobre alguien y no en otra persona. Se trata de una cuestión de descubrimiento y de de control, tanto para los terapeutas, como para el paciente y sus familiares, de modo que logren controlar el problema de forma eficiente.

Una persona puede tardar entre 6 meses a 10 años en corregir esta dificultad, por lo que estar en constante atención a los cambios que ocurren en la vida de él, como en el desarrollo de sus ejercicios es vital para ellos. Lo mejor que podemos hacer en estos casos es poco a poco ir adaptándonos a sus cambios e ir introduciendo nuevos elementos a la vida diaria de forma no invasiva.

La dieta sensorial sin duda le permitirá tener una mejor calidad de vida en el futuro, pero requiere de constancia y trabajo diario para corregir los problemas. Para los chicos con autismo, es fundamental para su buen desempeño en la sociedad, y así tratar de reducir sus dificultades en el futuro.

aprende sobre la dieta sensorial
Cada día, la ciencia encuentra nuevas formas de ayudar a todas las personas con TEA.

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